El Rally Dakar es un imán para los aventureros. Y Barry Cruces sintió el influjo del desierto y se embarcó en la tarea de afrontar, en el arranque de este 2012, en su primera experiencia en la carrera más compleja del calendario todoterreno. El penquista, amante de las motos desde pequeño y protagonista en el Rally Mobil como navegante, recorrerá Argentina, Chile y Perú al mando de un cuatriclo CanAm Renagade 800 XXC del team Nextel.
A los 29 años, la idea de competir en el Dakar surgió hace justo un año. “El verano pasado, mientras seguía la carrera por internet, comencé a averiguar los requisitos para correr. Así empezamos esta aventura. La intención original era ir junto a mi hermano Richard y un amigo, pero por tiempo y posibilidades de preparación, ellos aplazaron su debut para 2013. Durante el año, me preparé participando en el Nacional de Cross Country. La experiencia fue genial, porque carrera a carrera los resultados fueron mejorando, aprendiendo la navegación y el estilo de conducción, que es muy distinto a lo que hacía en motos de enduro o velocidad”, comenta el piloto al explicar la génesis de esta incursión.
Cruces, empresario hotelero en su natal Concepción, es conciente que todos los experimentados coinciden en que la categoría de Quads es, por mucho, la más dura de las cuatro en competencia en el Dakar. Por tal motivo, es que el piloto se ha preparado intensamente para el debut.
“Entrenamos cuatro veces por semana con el preparador físico Óscar Cravero, además de agregar trabajo sicológico con Nicolás Saure, para optimizar la concentración en una prueba tan desgastante”, acota al resumir el trabajo realizado bajo la moto de cuatro ruedas. A eso se suman los más de siete mil kilómetros que sumó al mando de su CanAm durante el año. “Claro que sólo en la carrera, en enero, haremos nueve mil kilómetros…”, agrega, poniendo en evidencia las dificultades que lo esperan.
“Mi objetivo es más que claro: terminar. Esta carrera es muy complicada. Son dos semanas, en el que necesitas un estado físico impecable y muchas horas sobre la moto de experiencia, además de haber vivido un Dakar, experiencia que recién ahora tendré. Creo que sólo con ese escenario se puede pensar en algo más que en finalizar la competencia”, afirma el piloto debutante.
Sin embargo, Cruces entiende que hay ciertas cosas que le pueden favorecer a tener un estreno más amigable en la carrera más dura del mundo. “Mi conducción es muy prolija, siempre cuidando la moto y mi integridad física, eso es clave para ir llegando a la meta día a día. Me tengo fe y confío en mis habilidades”, concluye.
El penquista viaja este martes a Buenos Aires, para trasladarse inmediatamente a Mar del Plata, sede de la partida de este año, para preparar todos los detalles de las revisiones técnicas y administrativas que debe pasar antes de pasar, por primera vez, la rampa de largada de la mítica prueba todoterreno.