Muchísimo calor, una ruta cordillerana complica y piedras grandes y peligrosas acompañaron a Barry Cruces en la tercera etapa del Rally Dakar. El piloto penquista, debutante en la categoría de motos de cuatro ruedas, tuvo –pese a las dificultades- su mejor desempeño en lo que va de la carrera. Y eso pese a que incluso afrontó algún contratiempo mecánico con el escape de su Can Am, lo que no fue impedimento para que llegara de buena forma a la meta del día. Así, consiguió el 16° lugar en la crono del parcial, para trepar un puesto en la clasificación general y ubicarse en el casillero 18.
“Todo iba súper bien hasta el kilómetro 140, cuando ingresamos a un lecho de río seco, cuyo recorrido se hizo interminable. Había muchas piedras grandes, con las que cualquier mínimo error podía significar una fea caída. Se hizo interminable”, arranca comentando Cruces. Fue en esa zona donde el penquista rompió el escape de la moto, lo que le quitó potencia al motor. “Sonaba bastante feo”, acota.
“Lo importante, eso sí, es que completamos un nuevo día, vamos sumando experiencia y adquiriendo más kilometraje sobre la moto. No ha sido fácil, pero de a poco vamos avanzando”, dice el piloto, quien en su vida cotidiana se desempeña como empresario hotelero.
“La ruta estaba realmente complicada, sobre todo los últimos 151 kilómetros, desde que encontramos el mencionado lecho de río. Fue un día muy duro, con mucho calor, factor que irá en incremento en los próximos días, antes de entrar a Chile. Esperamos seguir sin problemas mecánicos, evitando mayor desgaste de la moto con tanta piedra, para así poder llegar de buena forma a Atacama”, concluye Cruces.
Este miércoles, la cuarta etapa contempla la especial más larga hasta el momento, con 326 kilómetros cronometrados entre San Juan y Chilecito.