
Definitivamente en el podio de popularidad en el Salón de Shanghái 2025 está la nueva generación de un ícono de la movilidad en China: el Chery QQ. Y es que aquel subcompacto lanzado en el Dragón Asiático en 2003, fue el modelo que bajo el nombre IQ sustentó el aterrizaje de la marca en Chile en agosto de 2007, y se convirtió rápidamente en un "best seller" hasta que salió del mercado global en 2014.
Obviamente que fue un modelo no exento de controversia, al diseñarse y fabricarse copiando casi por completo al Chevrolet Spark. Por entonces, GM demandó a SAIC, demanda que rápidamente quedó en el olvido debido a los acuerdos industriales entre ambos gigantes automotrices.
Chery hoy ha decidido tomar el legado del QQ y transformarlo en una nueva submarca o "linea de producto". El primero de estos nuevos modelos será el Qurio Concept, un auto que se ve listo para combatir con Mini y Smart, ofreciendo un nuevo lenguaje de diseño y utilizando tecnologías de movilidad sin emisiones, de conducción autónoma y de alta conectividad. Tres atributos que todo buen nuevo modelo debe ofrecer.
Si bien es más grande que el histórico QQ, esta nueva propuesta no pasa de los cuatro metros, siendo una gran alternativa para la movilidad urbana. Mide 3.720 mm de largo, 1.700 mm de ancho, 1.599 mm de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.520 mm, con neumáticos de 165/65 R15.
Bajo el capó ofrece un motor de 40 kW (53 Hp) de potencia, alimentado de una batería de fosfato de hierro y litio (LFP) desarrollada por Guoxuan, pero su específico aún no se ha anunciado oficialmente.
En cuanto al diseño, destaca por muchos elementos únicos, como su parrilla cerrada con diseño ovalado, faros diseñados con líneas geométricas definidas, que contribuyen a una apariencia audaz y minimalista, y una parrilla inferior trapezoidal que realza el look deportivo del frontal. A ello hay que sumar el emblema "QQ" rediseñado, que se alza con orgullo.
Además, el nuevo compacto también tiene los pilares A y C oscurecidos para crear un efecto de techo flotante, y por supuesto las manillaa de las puertas están ocultas. En la zaga, el auto adopta un diseño de luz trasera de tipo pasante, y el parachoques inferior también adopta una forma trapezoidal, haciendo eco de la cara frontal. Todo nos recuerda al Citroen C4 Cactus, pero más depurado.
El interior tiene un look lúdico con colores contrastantes y como casi todos los autos con los que debería competir, una gran pantalla central, un clúster reducido, puertas con colores vistosos y detalles de diseño. Aquí de nuevo hay cierto aura que nos recuerda a la época pasada de Citroën, de espíritu low-cost, pero siempre con detalles para personalizar y una sensación cálida en el interior, como el antiguo C3.