“Manejar rápido en la arena es fácil, pero también es peligroso, andar despacio es seguro, cuida al vehículo y a la gente, pero requiere técnica” Así empieza la charla a cargo de los instructores de Nissan en los médanos de Cariló.
Quiero destacar que además de explicarte la teoría, todo se lleva a la práctica con paciencia y asistencia de los pilotos, yendo de menos a más, es decir, desde una cuesta poco inclinada al descenso de un paredón de arena.
Antes de entrar a la arena
Bajá la presión de los neumáticos. Si quieres que queden en 20 libras (con menos tenés más posibilidades de destalonar) baja hasta 18 ¿Por qué? Con el roce de la arena, la temperatura del neumático sube y eso va a “recuperar” unas dos libras.
Si no tienes un buen manómetro, cuenta 40 segundos de reloj; equivalen aproximadamente a 10 libras.
¿Para qué bajar la presión? La idea generalizada es que aumenta la superficie de contacto, pero los instructores de Nissan agregan que sirve para que el neumático “copie” mejor el terreno manteniendo mejor superficie de contacto.
Hidratar y comunicar
Se recomienda entrar a la arena de a dos vehículos, así en caso de quedar atrapado o tener un percance, tendrás alguien que te ayude a salir, que pueda ir a pedir ayuda o que te lleve de vuelta.
Independientemente de lo anterior lleva agua, es muy fácil deshidratarse y no sabes cuántas horas vas a estar ahí, un celular (si bien puedes quedarte sin señal, siempre es bueno tenerlo encima), pala (no es necesario, pero si deseable) y una eslinga que pueda ser tu cuerda salvadora.
Subir y bajar: siempre en línea recta
Cada vez que quieras subir una duna, hacelo en línea recta perpendicular a la cima. Si no llegas hasta arriba, deja que el vehículo se detenga (casi no hace falta el freno, la arena misma los detiene). Al momento de bajar, hacelo marcha atras, con la dirección recta y dejando que la gravedad haga lo suyo.
¡No gires! El vehículo se puede trabar de costado y ahí es donde puede ocurrir un volcamiento. En caso de suceder, va a ser a baja velocidad, pero no vas a detenerte hasta llegar abajo de la duna.
Recuerda que en la arena no hace falta mover más de un cuarto de volante, vas a ver que el vehículo termina yendo para donde quieres; darle más giro solo clava las ruedas en lugar de dar dirección.
Eslinga: un camino de salida
Te quedaste atorado; alguien te puede dar ese empujón que te puede sacar de ese lugar donde no quieres estar. Esto parece un libro de auto ayuda, pero no, la única manera para que te den ese tirón es con una eslinga.
La recomendación es comprar una buena eslinga, larga y con muchas toneladas de resistencia. Sale cara, pero no se va a cortar en el tirón. Tienes que colocarla de manera plana, sin nudos y dándole la mayor posibilidad de articulación a los grilletes.
Una vez enganchado, el movimiento tiene que ser con un tirón firme (tampoco arrancar cosas, no) además que la eslinga es elástica, amortiguando el golpe. Así le das ese movimiento necesario al otro vehículo para desatorarlo.
El piloto del vehículo atrapado tiene que acelerar en la dirección requerida, acompañando al otro vehículo al momento del tirón. Se recomienda que no sea solo un tirón, sino que seguir avanzando los metros necesarios hasta que ambos vehículos estén en terreno plano o con buena tracción.
Desenterrarse de costado
¿Qué hacer si te entierras de costado a la duna? Si van dos, el piloto tiene que apuntar la dirección hacia abajo y mantenerla así. El acompañante tiene que bajarse (ojo, por la gravedad la puerta pesa un montón y si la sueltas puedes estallar el vidrio), ir a la rueda que apunta hacia abajo y sacar la arena hacia adelante y abajo. Este es uno de esos momentos donde vas a agradecer haber llevado la pala.
Una vez liberada la rueda delantera, hay que ponerse en marcha, con la dirección siempre apuntando hacia abajo. La propia arena sirve de ancla para que la cola no caiga, mientras que el vehículo enfila hacia abajo para descender de la manera más recta posible.