Las asistencias activas a la conducción (ADAS) llegaron a los autos para ofrecer más comodidad y seguridad, haciendo que en algunos casos el vehículo hasta pueda conducirse por sí solo (aunque el conductor siempre debe ir atento para poder reaccionar ante cualquier evento); pero no están exentas del mantenimiento.
A continuación, te contamos todo lo que tienes que saber sobre el mantenimiento de los sistemas de las ADAS, para nuestra sección Tips y Consejos, pero antes, hagamos una breve introducción.
¿Qué son las ADAS?
El término “ADAS” es el acrónimo de “Advanced Driving Assistance Systems” (Sistemas avanzados de asistencia a la conducción), y engloba a las ayudas que alertan al conductor (pasivas) y las que intervienen en la conducción si es necesario (activas).
Los vehículos modernos cuentan con varios ADAS, y entre los más comunes, destacan las siguientes:
- Alerta de colisión frontal (puede tener frenado autónomo)
- Monitor de punto ciego (puede tener intervención en la dirección)
- Aviso de salida de carril (algunos tienen mantenimiento y centrado de carril)
- Alerta de tráfico cruzado trasero (algunos también tienen frenado autónomo)
- Control de crucero adaptativo (puede tener Stop & Go)
- Cámara de 360°
- Luces altas automáticas, entre otros.
Según la cantidad de ADAS que tenga un vehículo y su intervención, por ahora, se conocen seis niveles de “conducción autónoma”:
- Nivel 0: las asistencias se limitan a avisos
- Nivel 1: puede intervenir en el acelerador, el freno o la dirección, pero no en simultáneo
- Nivel 2: puede realizar dos o más asistencias en simultáneo
- Nivel 3: el vehículo puede conducirse por sí solo en ciertas condiciones
- Nivel 4: autonomía casi completa, aunque puede no funcionar en algunas condiciones
- Nivel 5: autonomía completa en todas las condiciones, pudiendo prescindir del volante, pedales, y más.
El mantenimiento que necesitan las ADAS
Al ser sistemas que monitorean el entorno, las ADAS necesitan “ojos”, que en este caso son cámaras y sensores, que suelen estar en el parabrisas de los vehículos, aunque también puede haber radares en la parte frontal del vehículo.
Una pregunta bastante lógica que te podrías hacer es “si cambio el parabrisas, ¿qué pasa con las ADAS?”. La respuesta es que no solo se debe desmontar la cámara y los sensores y volver a colocarlos, sino que también se deben recalibrar.
La calibración de las cámaras y radares de las ADAS puede ser estática (en un taller), dinámica (en movimiento) o una combinación de ambas, y es importante que sea realizada por especialistas que cuenten con la formación necesaria, ya sea en materia de herramientas, métodos, y conocimientos, entre otros.
Otros casos que podrían hacer que las ADAS necesiten recalibración son luego de:
- reparaciones en la carrocería
- golpes fuertes
- problemas con la alineación de los neumáticos
- reemplazo de algún componente del sistema
- fallas en su funcionamiento, y más.
La importancia de la calibración de las ADAS
Es fundamental entender que las ADAS llegaron no solo para complementar en el manejo, sino también para salvar vidas, y cualquier falla en el sistema podría resultar en una tragedia.
En Europa, se realizaron pruebas similares a las que hace Euro NCAP para probar el impacto de la mala calibración de las ADAS, lanzando el vehículo a 50 km/h contra:
- un obstáculo estático (con forma de auto y de moto), con una superposición del 100%, -50% y +50%
- un objeto que simulaba ser un peatón, estático y en movimiento (cruzando una calle)
- un objeto que simulaba un ciclista cruzando una vía.
Los resultados del estudio fueron alarmantes, revelando que la mala calibración desemboca en colisiones y atropellos, y que si la cámara o el sensor está un grado desviado, a los 100 metros, el margen de error es de 1,7 m, reduciendo la efectividad del sistema.
Ya sabes, si tienes un auto con ADAS y por alguna razón tenés que cambiar algún componente que las involucre, recuerda acudir al servicio técnico de la marca para que los calibre correctamente.
